Tras dos maratones que me dejaron muy contento ha llegado el que ha salido rana. Sabía que tenía muchas papeletas para que esto pasara ya que sólo habían pasado 2 meses desde el maratón de Sevilla en los que no he parado de competir (y de disfrutar). Encima, a falta de 9 días, caigo enfermo y estoy la semana previa al maratón sin salir a correr metido en casa para recuperarme. El viernes ya encontrándome mejor salí 10 km y el sábado 5.
Con esta guisa, me planté con Aitana y Rebeca en la feria del corredor el sábado. Desde el principio todo salió mal. Ya no quedaban otras camisetas que las de talla L, y encima el señor que las entregaba así como la señora de la bolsa del corredor eran unos bordes de mucho cuidado. Me da la sensación de que a algunas personas cuando pasan de los 40 años se les olvida ser felices en sus labores. En cambio, la gente joven que me atendió en la feria, encantadores, llenos de alegría. Esto pasa en muchos sitios.
Lo siguiente es que me dan el dorsal 201 (siendo hasta el 200 los reservados para el primer corral). Claro, yo no esperaba hacer 2h38 en Sevilla y puse de marca 2h40. Luego hicieron el corte en 2h39. Intento ver si puedo solucionar algo pero nada, otra discusión con un corredor haciendo cola. Lo dicho, cuando algo va torcido...
Por la noche muy tranquilo. Yo que duermo mal antes de cualquier popular, la noche antes del maratón del tirón hasta que sonó el despertador. Desayunar, activar las piernas, coger el bus y hasta la Cibeles.
Antes de la carrera sigue saliendo todo "torcido". Entro en el corral de élite (soy el 201, no creo que sean tan estrictos...), pero llega un juez xxxx xx xxxx que tras llamarme la atención y yo hacerme algo el remolón (estaba charlando con Jorge, Félix, Julián, Jose...) me descalifica. Le dije que me iba a colocar en el corral amarillo, pero le dio igual y esta es la razón por la que no estoy en la clasificación. Tampoco pasa nada, no verme en la lista no es nada grave.
Se da la salida y salgo con calma porque los primeros cinco kilómetros pican para arriba. No trato de seguir a Jorge Campos o Félix de Mejorada. Los tengo delante pero prefiero ir a mi ritmo que no me encuentro nada suelto. A la Plaza de Castilla, donde acaba la subida, llego a 3'48'' de media, un poco más rápido de lo previsto, y en cuanto empiezan los kilómetros favorables me encuentro muy suelto y disfruto mucho de la carrera.
Los kilómetros empiezan a salir a 3'35 de media casi sin sufrir. Incluso, hubo algunos a 3'30''-3'29'' en los que había más bajada donde alargando la zancada iba fácil, fácil. Corrí acompañado de una africana hasta el 20, con la que fuimos pasando a bastantes corredores para llegar a la media en 1h18'15''.
Sabía que iba rápido, demasiado rápido quizá, pero pasar en 1h18' era lo que tenía pensado en caso de encontrarme bien. Las sensaciones hasta ese momento eran buenas y siguieron siéndolo hasta el 25 donde me esperaba Iñaki y llegué con una media de carrera de 3'40'' en el puesto 30 de carrera más o menos. Aquí compartí algunos unos metros con Gonji, un chico majísimo de San Martín de Valdeiglesias.
Mención aparte merece Iñaki, le pedí hacer de liebre, pero liebre lo que se dice liebre no fue. Una liebre te marca un ritmo y tu aprietas los dientes para seguirlo. Él más bien fue una niñera: Se colocaba según daba el viento para cubrirme, se amoldaba perfectamente al ritmo que yo podía ir, me cogía y abría botellas de agua y geles, me trajo una botella de Powerade, me animaba y daba consejos... Un diez.
Pues nada, por fin empezó el maratón de Madrid, en la Casa de Campo como siempre, km 25, y yo calculaba que iba para 2h40 sabiendo que algo pagaría al final. Sin embargo, ya por la Casa, el ritmo que debía ser alrededor de 4' era en realidad de 4'10''-4'15''. Tampoco me preocupé mucho, de pulsaciones iba de maravilla y las piernas era lo que me pedían. Poco a poco me iban pasando los corredores que había adelantado en los kilómetros favorables y era imposible seguirlos. Sólo compartí kilómetros con Félix, que también se encontró mal y tuvo que parar para luego pasarme al final.
Al salir de la Casa de Campo, de nuevo un kilómetro favorable en bajada (el 33) que salió en 3'43'' sin apretar porque no podía. Los dos siguientes más o menos llanos se fueron a 4'15'', y a partir del 35 empecé a notar que los isquios estaban a punto de acalambrarse por lo que cambié algo la técnica de carrera buscando no flexionar mucho las rodillas. En estos kilómetros tuve dos acompañantes de mucha clase ya que Fran también se unió un buen rato para animar (así da gusto!).
Sufrir lo que se dice sufrir, no lo estaba taaan mal, simplemente las piernas no me dejaban ir más rápido que a 4'30'' hasta que en el 37 se me subió el isquio izquierdo y tuve que parar para estirarlo. El calambre fue fuerte, tuve que estirarlo varias veces porque al erguirme se volvía a subir. Así paso alrededor de un minuto, allí parado a lo Roncero en Rotterdam, pero cuando quise volver a correr tras el parón las piernas me dijeron "hasta aquí has llejado majo". Notaba al trotar que me dolía cada grupo muscular de las piernas y se me repetían los calambres por varios sitios. Ante este percal no quedaba otra, ir andando hasta meta tranquilamente.
Y así fueron mis últimos 5 kilómetros del maratón. Un paseo junto a mi amigo Iñaki mientras nos iba pasando una marabunta de corredores.
http://www.corriendovoy.com/video.php?id=570&video=39939
Lo bueno es que durante esos casi 50 minutos andando hasta meta estuve acompañado por Iñaki, por lo que pasé un rato agradable charlando con él. De haberme encontrado solo, a saber qué me habría venido a la cabeza (nada bueno, eso seguro).
Y nada, por fin vi a Aitana que estaba muy preocupada porque estaba tardando mucho en llegar a meta. Al verla, sí que me vine abajo, la abracé para desahogarme un poco, cogí a Rebeca y me fui hacia la meta tranquilamente mientras la gente no paraba de animar (momentazo!).
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Me encanta esta foto. Rebeca perdiendo su zapato. |
CLASIFICACIÓN Tiempo de 3h15'36'' que fue lo de menos. Destacar a varios amigos como Jorge, que hizo 2h35, Julián 2h43, Félix 2h46, José Ballesteros 2h47, Duque 3h34... Muchas felicidades porque seguro lo dieron todo.
El balance que hago es que lo intenté y no salió. Fui a por una buena marca y casqué. Mala suerte, el maratón es como una sandía, hasta que no la abres no sabes como está. Tienes algunos indicios por tus entrenos y sensaciones pero luego es el asfalto el que te pone en tu sitio.
Ahora a descansar dos semanas y luego a preparar los bolos veraniegos en los que espero encontrarme mejor todavía que estos dos meses pasados. La verdad es que para ser lunes postmaratón estoy bastante bien por lo que espero estar entrenando pronto a tope.
Por último, agradecer a Gabriel Peribañez lo bien que se ha portado conmigo y mi familia acogiéndonos en su casa y animándonos siempre. Este verano yo creo bajará de 30' en un 10000 pero lo importante es lo que siempre dice mi mujer "¡Qué bueno es Gabri, qué majo!". Un gran amigo.
Y nada más, luego un día muy divertido por Madrid andando y comiendo mucho con grandes amigos que espero ver pronto.
Un bratzo!